Pautas para reducir el riesgo del consumo
Hazlo siempre acompañado por gente de confianza que no haya consumido, desconocemos nuestra reacción ante efectos depresores y alucinógenos de la ketamina y no podemos ponernos en situaciones de peligro. Si terminas con laringoespasmos, necesitas de alguien que esté bien para que te practique la RCP. Si tienes una reacción de emergencia y te despiertas en un estado de agitación, necesitas a alguien ahí que pueda ayudarte a volver en ti y llevarte a un lugar seguro.
Lo primero es hacerlo con alguien de confianza, alguien que pueda ayudarte si tienes problemas.
No compartas el rulo ya que puedes contraer infecciones.
No equipares las cantidades a las de otras sustancias esnifadas (speed, cocaína…) porque podrías sufrir sobredosis. Toma dosis pequeñas y no te impacientes.
No conduzcas ya que hacerlo bajo los efectos de esta droga supone poner vidas en peligro, no solo la tuya.
Si tienes problemas psicológicos, cardíacos, vértigos o si estás en tratamiento con medicamentos tiroideos; se recomienda no consumir ketamina por los efectos adversos que puede causar sobre estas patologías.
De igual manera, su uso está especialmente contraindicado para personas que sufran trastornos psiquiátricos, o desequilibrios afectivos y emocionales.
Si estás embarazada o en periodo de lactancia, el consumo podría dejar graves secuelas neurológicas.