Cómo afecta en el organismo
Los efectos del consumo de ketamina pueden durar de 2 a 4 horas en función de varios factores, como la dosis y la vía de administración. A pesar de actuar como depresor del sistema nervioso central, el consumo de dosis bajas o medias, puede producir una falsa sensación inicial de estimulación y desinhibición. A pesar de esto se debe tener en cuenta que la ketamina es un anestésico muy potente y reaccionará como tal en el organismo. A dosis altas, produce experiencias psicodélicas y puede aparecer una sensación de desorientación, incluso puedes sentir que la mente se separa del cuerpo. Esta experiencia se llama entrar en un «agujero K», se ha comparado con una experiencia de muerte cercana, con las sensaciones de subir y separarse del cuerpo. Muchos usuarios encuentran la experiencia espiritualmente significante, mientras otros la padecen asustados.
A los 10-20 minutos del consumo, dependiendo de las dosis, comienzan a presentarse sus efectos, con tiempos distintos para cada uno de ellos. El primero es el de sensación de disociación, apareciendo un estado de inconsciencia y posteriormente una amnesia muy intensa acompañada de una falta de percepción del dolor (analgesia).
La ketamina causa una anestesia disociativa es decir, se produce un estado anestésico caracterizado por una depresión del sistema nervioso central con analgesia (desaparición del dolor) y amnesia profundas, pero se mantienen los ojos abiertos y se conservan los reflejos protectores. Esto puede provocar placer alteraciones de la memoria y de la percepción, delirios y alucinaciones, dificultad para moverse y para hablar.