Cómo afecta en el organismo
La heroína que encontramos en el mercado negro cuenta con una gran cantidad de adulterantes, muchos de ellos con una gran capacidad tóxica. Son estos los que constituyen problemas fisiológicos en el sistema respiratorio, circulatorio, renal y nervioso. Pueden formar coágulos y provocar infartos en cualquier órgano del cuerpo.
Por su parte, el consumo de heroína afecta directamente al cerebro desde el primer consumo. A las pocas semanas de comenzar el consumo de esta sustancia, se hace evidente la desintegración de algunos neurotransmisores cerebrales causando lesiones cognitivas.
A nivel muscular, las personas intoxicadas con heroína, comienzan a desarrollar necrosis en los grupos musculares principales del cuerpo. Al reponerse de la intoxicación, la función y movilidad de estos músculos no se recupera. Las sustancias liberadas en este proceso se sintetizan negativamente en los riñones; que necesitarán de un proceso de diálisis o incluso un trasplante para la recuperación de la función renal.
Otro de los órganos afectados es el intestino. Uno de los efectos inmediatos de la heroína es la reducción de los movimientos intestinales, lo cual acarea estreñimiento. Esto puede dar lugar a otros problemas como hemorroides, fisuras anales y otros daños severos en el recto. Al cabo de pocos días de abstinencia, por el contrario, suele suceder una diarrea liberadora de la materia contenida.
Cuando se utiliza la vía fumada para consumir heroína, los pulmones y tráquea también se ven afectados. El uso de la vía fumada induce a neumonías, abscesos en los pulmones, tuberculosis, cáncer de pulmón o tráquea, etc. El efecto analgésico de la sustancia provoca que los síntomas sean más dificultosos de percibir y estas afecciones se diagnostiquen más tarde.